Tipos de Incendio y Sus Consecuencias

Existen varias formas en que la vegetación se quema, y cada una con su
consecuencia. Estepa patagónica Los llamados pastizales corresponden a
la estepa patagónica, cubierta en su mayoría por pastos secos como el
coirón, unos matorrales bajos y semiesféricos. A esto se le suman
sauces en los cauces de los arroyos y arbustos espinosos desperdigados
por el medio de la nada.
Estos pastos no se queman como usualmente se ven en otras partes del
país. Los pastos de la estepa se queman a mucha temperatura y producen
mucha llama. Cuando el viento este en calma, se queman lentamente, pero
cuando el viento sopla, las llamas son llevadas como la espuma de las
olas, haciendo que el fuego avance a una velocidad vertiginosa. Ni
siquiera los caminos son capaces de detener el avance d e un fuego con
viento.
Cuando el fuego ha pasado, no queda nada sobre y debajo del suelo.
Si la combustión fue rápida hay una probabilidad de que las raíces
hayan sobrevivido, y la planta vuelve a recuperarse en un lapso de dos
o tres años. Si no es así le demandara un poco más de tiempo, pero no
más de diez años. El problema es que al no haber vegetación el suelo
queda expuesto. El viento hace un trabajo erosionador impresionante. En
días de viento, a muchos kilómetros de distancia se ven las columnas de
polvo elevarse en los cerros. Es ese mismo polvo que se junta formando
dunas y ayudando a la desertificación de la Patagonia. Cuando llueve,
el panorama no es mucho mejor, ya que el agua se lleva gran parte del
suelo expuesto, dejando profundos surcos y causando aluviones de barro
que cubren lo que queda intacto.

El incendio de bosques, árboles en general, es más complejo. Pero
puede ser reducido a dos aspectos básicos: el fuego de copa y el fuego
de sotobosque. El fuego de copa es el más peligroso. Es cuando el
viento sopla con furia. Todo el follaje del árbol arde al mismo tiempo
en una gigantesca llamarada. El calor generado ronda los 600 a 1000
grados, e incluso puede alcanzar los 1500. Serviría para derretir el
hierro. Como en un bosque un árbol no se quema solo, el efecto es
abrumador. Esta gran masa incandescente eleva tanto la temperatura del
aire que genera su propio microclima, absorbiendo aire y expulsando el
aire caliente en una turbulencia que tiende a girar sobre si mismo,
generando una especie de tornado al revés.
En esta turbulencia son lanzadas ramas y hojas encendidas en lo que
es una verdadera lluvia de fuego, que luego encienden más árboles a
cientos de metros de distancia. El sonido que produce este tipo de
fuego es ensordecedor. Nadie puede dejar de estremecerse ante el fragor
de una tormenta de fuego con llamas que alcanzan el centenar de metros
de altura. Es este tipo de fuego que merece el titulo de
"incontrolable".
El segundo tipo de fuego es cuando no hay viento. Los árboles se
queman lentamente y las llamas consumen las plantas del sotobosque. Es
posible caminar con relativa seguridad al lado del fuego. Es aquí donde
los brigadistas pueden trabajar en su lucha por cercar, controlar y
apagar el fuego. Mientras que en el fuego de copa el viento a veces
hace que un árbol queme sus hojas pero no el tronco (lo que en cierta
forma es una ventaja, ya que el árbol no muere y en dos años esta
brotando de nuevo) en el fuego de sotobosque todo se quema lento y a
fondo. Incluso las raíces se queman a varios metros bajo el suelo.
Pueden estar quemándose semanas antes de apagarse, y hacer que un fuego
rebrote en cualquier momento, en cualquier parte.